Las autoinstrucciones son un sistema que permite “hablarnos a nosotros mismos”, facilita la realización de una serie de pautas que nos guían y ayudan a resolver tareas de forma autónoma, el objetivo es que el lenguaje interior guíe la interacción, todo ello favoreciendo la interiorización y automatización de los procesos mentales.
Basándonos en el programa que propone Sardinero, las autoinstrucciones orientadas a los procesos cognitivos implican desarrollar y utilizar de manera sistemática habilidades como:
Reconocer las demandas específicas de una tarea escolar
Planificar y generar estrategias para solucionar problemas
Ser capaz de actuar siguiendo un orden y dedicando esfuerzo atencional
Desarrollar el hábito de revisar sus tareas una vez completadas, valorando sus éxitos y aprendiendo de sus errores.
De esta manera, también ejercitamos el control atencional, la memoria de trabajo y algunas funciones ejecutivas como planificación, actualización, supervisión y monitorización de la ejecución.
Las autoinstrucciones que enuncia este autor son las siguientes:
“Miro y digo todo lo que leo”: con esta instrucción tratamos de realizar un análisis contextual, efectuar un rastreo visual general antes de iniciar cualquier lectura (por contradictorio que parezca) para comprender así la estructura y disposición de los elementos. En este punto también podemos incidir en la formulación de hipótesis sobre el objetivo de la tarea y la estrategia de resolución.
“¿Qué es lo que hay que hacer?”: realizar una lectura comprensiva, haciendo un procesamiento profundo de la información, comprender los objetivos de la tarea: cuál es el resultado que se espera y cuál es el producto y las respuestas que se solicitan. Si no se ha comprendido el enunciado se puede recurrir a un adulto o a información externa.
“¿Cómo lo voy a hacer? ¿Qué pasos seguiré para resolverlo?”: en este punto debemos incidir en la planificación y selección de estrategias de acción, tomando decisiones y valorándolas antes de emitir una respuesta. Utilizar conocimientos previos disponibles, ya sea de experiencias similares o tareas parecidas, importante controlar el impulso y la tendencia a responder de manera irreflexiva.
“Respondo paso a paso con atención”: focalizar y mantener la atención mientras se resuelve la actividad. Considerar las diferentes opciones de respuesta en cada paso evitando cometer errores u omitir respuestas.
“Reviso cómo me ha salido”: promover la autoevaluación y el trabajo independiente mediante preguntas ¿Cómo crees que te ha salido? ¿Te ha gustado, te ha parecido difícil? ¿Crees que podrías haberlo hecho de otra manera?
-“Si me ha salido bien…”: promover el uso de estas autoinstrucciones para próximas actividades.
-“Si NO me ha salido bien…”: preguntarse en qué se ha fallado, si ha sido por la estrategia o la ejecución de algún paso, aprender de la experiencia y no atribuirlo a factores internos (por ejemplo “soy un desastre”).
A continuación os dejamos un resumen que podéis imprimir para tenerlo siempre presente en casa a la hora de realizar tareas en las que se puedan utilizar estas autoinstrucciones. ¡Esperamos que os sirva!
Referencias bibliográficas:
Caballo, V., Simón, M.A. (2002). Manual de Psicología Clínica Infantil y del adolescente. Trastornos específicos. Pirámide: Madrid.
Gobierno de Aragón. (2018). Entrenamiento en Autoinstrucciones. Dpto de Educación, Universidad, Cultura y Deporte.
Sardinero, A. (2017). Aventura pirata. Entrenamiento de la Atención y las Funciones Ejecutivas mediante Autoinstrucciones. Madrid: TEA Ediciones.
Comments