Existen diferentes vías y estrategias para entrenar nuestras funciones ejecutivas de manera que trabajen al servicio de nuestras metas y objetivos, en lugar de impedir o hacer más difícil que alcancemos aquello que nos proponemos. Estas son algunas ideas para entrenar las funciones ejecutivas en casa a través de actividades de la vida diaria para poco a poco generar nuevos hábitos y poder ocupar estas funciones en la realización de nuevas tareas:
Practicar al menos 3 minutos de ejercicios de relajación, meditación o mindfulness. En general, estas técnicas ayudan a disminuir los niveles de ansiedad y de estrés, y a entrenar la atención para atender de manera consciente a la tarea que estamos realizando. Se puede practicar en cualquier momento del día y las veces que sea necesario, preferiblemente a primera hora por la mañana y/o por la noche para facilitar el descanso y preparar el sueño (pinchando aquí puedes acceder a diferentes ejercicios de mindfulness para todas las edades).
Entrenar las autoinstrucciones para llevar a cabo cualquier tarea. Las autoinstrucciones facilitan la incorporación de hábitos y de rutinas, además de la adquisición de actividades básicas de la vida diaria como el aseo personal o la autorregulación emocional y del comportamiento. También son bastante útiles a la hora de realizar actividades escolares y aquellos aprendizajes que presenten mayores dificultades (puedes consultar más información sobre las autoinstrucciones haciendo click aquí). Así, un ejemplo podría ser:
Escucho o leo atentamente hasta comprender lo que tengo que hacer. Si algo no se ha entendido es un buen momento para pedir ayuda.
Me imagino y visualizo cómo voy a hacerlo, cuáles son los diferentes pasos que tengo que dar y qué necesito en casa uno de ellos. Es útil escribir, dibujar o hacer un esquema de los pasos necesarios para realizar la tarea.
Paso a la acción, empiezo a realizar la secuencia de pasos desde el primero hasta el final.
Reviso el resultado y, si he cometido algún error, analizo en qué paso ha sido y me imagino una solución posible para las próximas veces.
Mantener rutinas de ejercicio físico, descanso y alimentación. Detecta qué tipo de deporte o actividad física o ejercicio te gusta y trata de practicar semanalmente de forma constante.
Dedicar tiempo libre a juegos de atención, flexibilidad, etc. para entrenar las funciones ejecutivas de forma lúdica y divertida. Se pueden practicar de forma individual, en grupo de amigos o en familia, con juegos de mesa como el Monopoly o el Rummy, juegos de cartas clásicos como el Tute o la Brisca, o juegos digitales como los Start Games, para el control de impulsos.