El desarrollo neuronal de los niños durante sus primeros años de vida es fundamental, ya que durante esta etapa el tejido nervioso crece y madura y está, por tanto, más expuesto a sufrir daño. Debido a la plasticidad cerebral, es también en esta época cuando el menor responde mejor a las terapias y a los estímulos que recibe del medio ambiente. En este sentido, la detección temprana de los trastornos del neurodesarrollo (TDN) juega un papel fundamental en el bienestar del menor, garantizando un desarrollo óptimo en sus diferentes áreas vitales. A continuación exploramos los principales motivos por los que es importante la detección temprana de las dificultades asociadas a los TDN:
Facilitar una intervención ajustada a las necesidades del menor:
Gracias a la detección temprana de las necesidades que presenta el menor, este puede ser derivado a profesionales (neuropsicóloga, terapeuta ocupacional, logopeda…), que intervengan de forma ajustada y especializada en las dificultades que presenta el menor, promoviendo no solo la estimulación de las habilidades cognitivas y motoras dañadas, sino potenciando el desarrollo de habilidades compensatorias, así como el fortalecimiento de las habilidades preservadas.
Proporcionar las Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE):
La detección temprana de los trastornos del neurodesarrollo favorece la implementación de Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE) en los centros escolares para aquel alumnado con Necesidades Educativas Especiales (NEE). De este modo, es posible ofrecer un desarrollo educativo óptimo al menor, velando por su integridad académica, emocional y social.
Servir de guía en el entorno familiar y social:
Gracias a la detección temprana de los trastornos del neurodesarrollo es posible ofrecer apoyo y recursos a las familias, promoviendo un ambiente de atención, cuidado y comprensión, que contribuye al bienestar del menor y su familia. Del mismo modo, la intervención en cognición social con el menor, y el fomento de sus habilidades sociales desde el inicio de su infancia, promueve el desarrollo de vínculos sociales positivos.
Referencias
Ponce-Meza, J. (2017). Atención temprana en niños con trastornos del neurodesarrollo. Propósitos y Representaciones, 5(1), 403-422. doi: http://dx.doi.org/10.20511/pyr2017.v5n1.154
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