La respuesta es un rotundo SÍ, los juegos se han convertido en una gran herramienta para entrenar las funciones cognitivas. Y es que, por simples que nos parezcan, son capaces de poner en marcha nuestro cerebro, activando muchos procesos de manera simultánea.
Pero os preguntareis, ¿por qué un juego funciona mejor que una tarea específica? La respuesta la encontramos en sus propias características. En concreto, los juegos son actividades que hacemos de forma voluntaria, de hecho, los utilizamos frecuentemente como una vía de distracción y entretenimiento, ya que suelen llevar asociadas una serie de emociones positivas. Estas características permiten que nos sintamos motivados ante estas tareas, y por tanto los resultados sean mucho mejores que ante otros tipos de actividades como las demandadas por los profesores o los padres. Estas últimas, como serían los deberes o las obligaciones de casa, se perciben como exigidas e impuestas por el entorno, lo que provoca que nuestra motivación sea menor y con ello los resultados obtenidos también lo sean.
Así, los juegos se convierten en instrumentos que nos permiten trabajar de manera fácil y accesible nuestras funciones cognitivas. Hoy en día tenemos a nuestra disposición una amplísima variedad de opciones, desde clásicos juegos de mesa como el Monopoly o Parchís, hasta los más novedosos como los videojuegos o la realidad virtual. Ahora solo tenemos que conocer qué juegos podemos utilizar para cada función. ¡En las siguientes entradas te lo contamos!
Referencias:
Recurso Web. Blog Neuropsicología y Aprendizaje https://neuropsicologiayaprendizaje.com/como-el-juego-estimula-el-desarrollo-cognitivo-y-el-aprendizaje-en-los-ninos/
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